martes, 16 de junio de 2009
Dejáte sorprender
Quizá no os podíais imaginar que yo fuese a salir por estos lares, pero quien me conoce decentemente sabe que no sólo de metal vive el hombre, y el caso es que he descubierto un sentido a cierto videoclip de cierta canción que no me había pispado nunca. El grupo es muy "sweet", muy asúuuucar, se trata de Los Campesinos!, grupo galés de ¿indie-pop?, y la canción, sólo por el título tiende a reivindicativa, pero con humor, "Death to Los Campesinos!"
La cosa está (o estaba) en que siempre me había pensado que sólo era una canción para demostrar su buen humor, no todo el mundo hace una canción titulada "Muerte a mi grupo", pero hoy, leyendo en un artículo de una web, me he dado cuenta que tiene un sentido más astuto que ese, con frases como "splitting necks and calling the dichotomy" o "I'll be ctrl-alt-deleting your face with no reservations", o incluso cuando cantan "you can't change my perceptions just from dots to dots", hacen pensar en que quieren ser ellos mismos, sin cambiar y sin "eufemismos"... pero para colmo, viendo su videoclip, empiezan en su ambiente de asúuuucar, de mundo feliz, y acaban vomitando confettis literalmente y siendo atacados por unicornios, es decir, el mundo fantasioso se vuelve contra ellos... interesante conclusión.
Os dejo el videoclio y ya opináis vosotros. Ah, sólo una cosa más, que no se me quede en el tintero: la bajista tiene un algo... ay omá! :)
lunes, 8 de junio de 2009
Genial fin de semana
Levantó la vista y lo vio. Allí al fondo estaba el mar.
martes, 2 de junio de 2009
Tic-tac-tic-tac
Os dejo un pequeño texto que escribí hace un par de semanas, creo recordar. Como siempre, nunca sé rematar ni un solo escrito mío, pero bueno, nadie es perfecto, aren't you?
Se sentó frente a mí. Una chica normalita, que parecía buscar aislarse del mundo. Móvil en mano, auriculares en las orejas. Llevaba una camiseta de tirantes, azul; casi del mismo color que los vaqueros, claros y desgastados. Estaba apoyada en el cristal, dedo entre los labios y codo sobre el ligero saliente del cristal. En esa muñeca llevaba dos pulseras, de estas que son como conchas blancas unidas por un pequeño cordel, azul también. Seguro que esta chica es una pijilla más, además con el pelo medio teñido así... Tosió: fue una tos fuerte, como si tuviese un engendro en la garganta; y cogió el móvil, dejando el Manzanares atrás. De repente comprendí que no estaba en lo cierto. Empecé a escuchar la batería, que era lo único que era capaz de oír; deseaba estar parado el mayor tiempo posible.
Volvió a toser. No oía la voz, pero por la batería supe lo último que escuché, lo que incita que escriba esto:
“Dejadme que os cuente mi cuento de herida y caricias, mi historia de nadie, mi nana del hambre, todas mis mentiras...”